Ida Lockett, una madre californiana, ha puesto a la compañía que fabrica los muñecos Playmobil en un aprieto. La mujer ha comentado a bombo y platillo en las redes sociales, con varias fotos acusadoras, que una de las figuras del famoso barco pirata tiene un claro tinte racista. Alemania no tiene bastante con el escándalo de Volkswagen, que ahora se le une el de Playmobil. ¿Para cuándo una comparecencia de Angela Merkel transfigurada en Obama? Como ahora sale en la cadena pública alemana con el ‘velo islámico’, no tendrá mucho problema en convertirse en el presidente de los EE UU.
En concreto, se trata del tripulante de la embarcación con la piel oscura, o como decía Jesús Gil: “And say black, black, black all days” (“Y dices, negro, negro, negro todos los días“), y vestimenta andrajosa que lleva además un grillete en el cuello, como los esclavos. ¡¡¡Un grillete!!! ¿Pero qué es esto?
Una instrucciones muy claritas.
La mujer descubrió horrorizada que había comprado a su hijo de cinco años un juguete a todas luces racista. No pensó que podía ser un esclavo liberado que se dedicó posteriormente a la piratería como venganza (mal hecho, pero nada que no ocurriera en el siglo XVII). O un pobre grumete negro con ganas de conocer mundo y darle si podía al “Ron, ron, ron, la botella de ron“. ¡¡¡¡Nooooooooo. Playmobil es racista porque yo lo digo y punto!!!!
El revuelo en las redes ya estaba servido y la compañía alemana tuvo que salir al paso de las acusaciones con un comunicado de prensa en el que indicaba que “la figura buscaba representar a un filibustero que había sido un esclavo en un contexto histórico. No era nuestra intención ofender a nadie, de ninguna manera“. Pues lo habéis conseguido al cuadrado.
Como no podía ser de otra manera, la explicación no convenció a miles de usuarios indignados que consideran a Playmobil una especie de adalid de la xenofobia y exigen, que si la figura negra se sigue vendiendo, desaparezca inmediatamente el grillete de su cuello. Mucha razón tienen.
(Fotos: Ida Ida / Facebook)