¿Qué pega un estudiante de ingeniería informática de quinto año con una oveja? Pues mucho. Y si el estrés no te deja parar, más. Al menos eso alega un alumno de 23 años de la Universidad Estatal de Fresno (California) que fue pillado a calzón bajado persiguiendo ‘corderitas’ por un establo anexo al centro educativo. ¡Menudo pájaro!
El suceso, bautizado en las redes sociales como The Sheep Incident (El incidente de la oveja, un título muy apropiado para una película), tuvo lugar a altas horas de la madrugada y fue denunciado por otro compañero que escuchó unos ruidos muy extraños en las cuadras y avisó inmediatamente a la policía.
Al llegar los agentes al lugar, e iluminar el recinto con sus linternas, se encontraron con el pastel: un tipo nervioso con los pantalones y la ropa interior a la altura de los tobillos. Una imagen a todas luces esclarecedora si va acompañada por una pobre oveja de ojos asustados a sus pies.
En un principio, el joven declaró a los policías que fue a golpear a animales indefensos para desahogarse (otra ‘bonita’ razón de peso). Pero viendo que su argumento era menos creíble que la declaración de algún imputado en un caso de corrupción urbanística, el muchacho admitió que había mantenido relaciones sexuales con el indefenso animal. “¿Voy a ser expulsado por esto?“, concluyó su ‘sentida’ exposición. ¡Vaya un lumbreras!
El ‘incidente’ se ha convertido en una sensación en Internet y hay incluso una cuenta de Twitter que parodia el affaire. La que no creo que esté para muchas bromas es la oveja, que está siendo tratada de sus lesiones por los veterinarios del campus universitario.
Por su parte, ‘El estresado’ se enfrenta a una acusación de bestialismo y maltrato animal. El resto de los animales de la granja están bajo vigilancia para que no se produzca otro hecho parecido. Mejor prevenir que tener más ejemplares con ‘estrés postraumático’.